viernes, 9 de julio de 2010


En el mar de mis recuerdos siempre se escucha el lóbrego murmullo del viento,
siempre se escucha el rumor de las olas que salpican de agonía lamentos.
Siempre navego en un negro río, lleno de velas por los que aquí ya nunca estarán,
surco entre dudas intentando distiguir el bien del mal.
Y si las paredes sangran: no sé porqué será.
¿Dónde esta ese Dios que se supone que me protege?
Dime dónde se halla porque nunca le encontré, dime donde, porque he de rogarle que sóla no me deje.
Este es el fin, el fondo de un oscuro lago, creado por las lágrimas de lo que creo falsos alagos...
Este es el fin, el averno donde se esconde el sol para no ser descubierto, donde llora y se derrite, donde mi alma mora y mi alma no se ríe...

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