Adiós, adiós alma mia que navegas en el mar Adiós quizás algun día nos una el azar,
pero de momento solo puedo tu pérdida llorar
y al lacerante dolor esperar.
No, esta vez no lucharé
pues sé que siempre a fallar llegaré
y tal vez tu sangrienta manzana algun día provaré y
tal vez su putrefacto veneno me lleve a la tumba
pero NO, amigo, no sientas culpa,
es sólo mi amor lo que ha fallecido
y en cambio un Adiós ha florecido, tu olor en mí ya se ha desvanecido,
pero no he sido yo quien ha perecido,
sino ese pequeño fuego embravecido
que las errantes almas llevamos dentro
y que arde para saciar su sed de sangre a cada momento...
No hay comentarios:
Publicar un comentario