miércoles, 11 de septiembre de 2013

Monstruos.

Duermen bajo nuestras camas, traspasan nuestro colchón con sus puñales mientras dormimos y llegan hasta nuestros cuerpos, clavándonos sus dagas poco a poco, con cuidado de no penetrar ningún órgano vital. La muerte sería demasiado fácil, no sería suficiente. 
Viven dentro de nosotros, de nuestra cabeza, asomando por nuestros ojos, y si te miras al espejo fijamente cuando lloras, ellos ríen. Demonios. Ellos son reales, como si la tierra fuese el purgatorio. Cada segundo, cada hora, cada día, cada semana, cada mes, cada año puedes sentirlos, ellos son el peso que hay en tu conciencia por tus "pecados". Son, sin más, el daño que has hecho, las mentiras que has contado, las verdades que has callado. Unos los llaman monstruos, otros simplemente culpabilidad...Pero son demonios que asesinan nuestros silencios, que están ahí aunque no lo quieras, y que nunca se irán. "Ninguno veremos el cielo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario