domingo, 31 de octubre de 2010

Join me in death...


Únete conmigo en el mas allá, hagamos que el dolor sea nuestro refugio, nuestro templo de amor. Como cada noche desde que mi cuerpo se desprendió de mi ánima, espero frente al mausoleo a que me traigas siete lirios, como las siete canciones que compusiste para mí, como las siete dagas que se clavaron en mi pecho... Recuerdo el olor a mar y a tierra mojada que desprendía la orilla donde yacía mi cuerpo, donde mis pecados se esfumaron y mi alma se liberó, donde vi que tu ira dejaba paso al remordimiento que te suscitaba pensar lo que acababas de hacer. Pero a mí no me importó, solamente y en soledad vaga errante mi espíritu aguardando el dulce momento en que tu alma abandone tu cuerpo y mi muerto amor te cautive eternamente. Oscuramente puro, puramente oscuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario